lo largo de nuestra vida se van sucediendo sensaciones de tristeza o desánimo por causa de situaciones difíciles o acontecimientos inesperados. Las emociones forman parte del fluir natural de la vida, y sentirlas no es sufrir ninguna enfermedad, por el contrario es muy saludable aceptarlas.
No obstante, hay que tener en cuenta que existe diferencia entre tener unos días con bajo estado de ánimo y tener una depresión. A veces integramos en la vida un estado generalizado de malestar sin tener en cuenta que podría deberse a estar sufriendo algún tipo de trastorno emocional.
Vivimos un momento caracterizado por la impaciencia y por una incapacidad de sostener los sentimientos que clasificamos como negativos. La sociedad nos exige estar siempre con un buen estado de ánimo, cosa que nos lleva a no permitirnos la tristeza, el dolor ni el malestar, la vida va demasiado deprisa, no nos damos tiempo para sentir, aunque esta sea una particularidad fundamental del ser humano y no sea posible vivir sin hacerlo.
A lo largo del día, cuando desarrollamos nuestra vida cotidiana se van dando diferentes situaciones, unas agradables y otras no tanto, cuando vivimos momentos estresantes no nos prestamos atención y nos enviamos mensajes dirigidos a negar las emociones – no me ha de afectar, no he de darle importancia, no está bien que me enfade, es una tontería, no merece la pena, etc.- Pero sentir no es una decisión, es algo que ocurre y muchas veces sin una lógica aparente, el pretender reprimir los sentimientos nos puede llevar a sufrir diferentes alteraciones en el estado de ánimo, como las depresiones y la ansiedad.
Síntomas de la depresión
La depresión se caracteriza fundamentalmente por un bajo estado de ánimo, presencia de tristeza, trastorno del sueño y alimentación, baja autoestima, sentimiento de culpabilidad, dificultad en la concentración, pérdida de la capacidad de disfrutar, pérdida de interés por las actividades cotidianas, sensación de cansancio e irritabilidad, entre otros. También puede venir acompañada de obsesión y ansiedad.
Causas de la depresión
No existen causas concretas generalizadas, antes se creía que el factor fundamental de la depresión era el genético, pero cada vez está más claro para la ciencia que este es un aspecto que apenas tiene relevancia, poniéndose el peso de las causas en el contexto en el que se desenvuelve la persona -familia, amistades, entorno laboral y cultural, etc.-
Los factores que pueden influenciar esta alteración del estado de ánimo son los siguientes:
- Los basados en la infancia. En esa edad se forma el carácter y por lo tanto es un periodo fundamental para el desarrollo de las personas. Lo que se aprende en ese periodo aporta una comprensión particular de la vida, pero nunca una objetiva ni imparcial, la actitud de cada persona ante las experiencias de la vida estará marcada por esta comprensión.
- Los fundamentados en el carácter de la persona y sus mecanismos de defensa psicológicos.
- Los que tienen que ver con alteraciones físicas o enfermedades orgánicas. El sentir malestar físico indudablemente nos influye en nuestro estado de ánimo.
- Los psicosociales (situaciones estresantes en la vida afectiva, laboral, o de relación)
Tipos de depresión
Existen diferentes tipos de depresión, para distinguirlas hemos de tener en cuenta los síntomas, su intensidad y durante cuánto tiempo se dan:
- Depresión mayor: los síntomas muestran una fuerte intensidad, suceden al menos durante dos semanas y están presentes durante casi todo el día.
- Depresión crónica (distímia): los síntomas pueden ir variando en los días, suelen ser de una intensidad moderada estando presentes casi todo el día, y se han de producir por un periodo mínimo de dos años. Frecuentemente se observa un ánimo pesimista persistente y falta de motivación.
- Depresión reactiva: debida a la dificultad de adaptación a nuevas situaciones que provocan estrés (enfermedades, rupturas de pareja, cambios laborales, etc.)
Tratamientos para la depresión
El tratamiento se centra en la psicoterapia y en los fármacos, dependerá de las características de los síntomas y de su intensidad. El tratamiento farmacológico pueden ser una herramienta útil en casos graves que ayudarán a pasar el momento más difícil, pero siempre ha de ser una alternativa complementaria a la psicoterapia, que será donde se investigue en profundidad el origen de la depresión, y donde se facilite el apoyo emocional necesario para ir adquiriendo la confianza y seguridad que se ha perdido. Es importante incidir en que la psicoterapia es sumamente importante puesto que es la que nos dará una recuperación duradera y estabilidad a lo largo del tiempo.
Nuestra sociedad se ha vuelto muy individualista, y buscamos resolver nuestros problemas en soledad olvidando que, como personas dependemos unas de otras. Dependemos de la agricultura y de las personas que se dedican a ella para poder alimentarnos, dependemos de las personas que fabrican los materiales de construcción y de las que construyen nuestras casas, de quien confecciona nuestra ropa para vestirnos, de la medicina y la ciencia para preservar la salud, etc. igualmente dependemos de las personas que nos quieren y de los y las profesionales especializadas en tratar los problemas emocionales para apoyarnos en los momentos difíciles. Asumir la dependencia mutua que tenemos las personas unas de otras, será el primer paso para tener una mejor salud física y emocional.